Las cesantías son una prestación social obligatoria en Colombia, contemplada en el Código Sustantivo del Trabajo y reglamentada por la Ley 50 de 1990. Están diseñadas como un ahorro forzoso que el empleador debe realizar anualmente a favor del trabajador, con el objetivo principal de proteger su estabilidad económica en caso de quedar desempleado. En otras palabras, funcionan como un respaldo financiero que el empleado puede utilizar durante los períodos en los que no tiene un ingreso laboral regular.

Las cesantías corresponden al valor de un mes de salario por cada año trabajado o proporcional si el tiempo es menor. Este valor debe consignarse en un Fondo de Cesantías antes del 14 de febrero de cada año. El trabajador no recibe directamente ese dinero, sino que se deposita en su cuenta individual en una administradora como Porvenir, Protección, Colfondos o Skandia, entre otras. Estas entidades administran los fondos y generan rendimientos a favor del afiliado.

El origen de esta prestación se encuentra en la necesidad de garantizar que el trabajador cuente con un respaldo económico en situaciones adversas como el despido, pero también tiene otros usos autorizados por la ley. Además de ser utilizadas cuando el empleado queda cesante (sin empleo), las cesantías pueden ser retiradas de manera parcial para financiar estudios superiores del trabajador o sus hijos, o para adquirir, mejorar o liberar de hipoteca una vivienda.

Para efectuar un retiro de cesantías, el trabajador debe presentar ante su fondo administrador una carta del empleador autorizando el uso específico del dinero, acompañada de los soportes requeridos, como cotizaciones, certificados de matrícula, escrituras o promesas de compraventa, según el caso.

Además del aporte anual de cesantías, el trabajador tiene derecho a recibir intereses sobre las cesantías, equivalentes al 12% anual del saldo acumulado, que sí son entregados directamente al empleado por parte del empleador a más tardar el 31 de enero de cada año.

Este sistema tiene un componente importante de formalización y seguridad social. No solo representa un ahorro forzoso, sino que incentiva la responsabilidad financiera del trabajador, fomenta el acceso a la vivienda propia y a la educación, y reduce el impacto negativo de una eventual pérdida de empleo.

En resumen, las cesantías son un beneficio laboral esencial en Colombia, que tiene como finalidad proteger al trabajador y brindarle recursos en momentos de necesidad o para lograr metas personales y familiares. Su correcta administración por parte de los fondos y su uso estratégico por parte de los trabajadores las convierten en una herramienta clave del sistema laboral colombiano.